Durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi de Hitler aterrorizó al mundo entero y aniquiló a millones de personas por su confesión religiosa, orígenes, tendencias religiosas o sexuales. El dictador de Alemania fue uno de los artífices de las ideologías totalitarias, y buena parte de estas desembocaron en la Segunda Guerra Mundial. Por ello, construyó enormes moles en todo su territorio, como torres antiaéreas prácticamente indestructibles. Sobre su vida y la de su régimen se ha hablado largo y tendido, en documentales y películas sobre el tema que llaman mucho la atención. Sin embargo, las heridas de su mandato siguen palpables tanto en Alemania como en buena parte de Europa.Incluso en España, país que se mantuvo no-beligerante -aunque apoyó a Hitler económica y militarmente- nos encontramos placas doradas de presos que fueron deportados a sus campos de exterminio y trabajos forzados. Por ello, en Alemania esta huella es todavía mayor, y es algo que se ve incluso en sus estructuras, muchas de ellas todavía presentes en el país. Entre ellos, un búnker construido en el populoso barrio de St. Pauli, en la ciudad de Hamburgo.Una nueva vida para una creación del horrorConocido como Flakturm IV, fue construido en 1942 con mano de obra esclava. La idea era proteger a los residentes en el barrio de los bombardeos aliados, cada vez más comunes según la guerra se iba volviendo en contra del dictador. Podía alojar en su interior a un máximo de 18.000 personas, pero realmente se excedió hasta 25.000 …