Aunque en un primer vistazo podrían parecer floreros de diseño Hiuni y Stellina –que también me recuerda a TARS– son dos telescopios digitales –no tienen visor sino que un sensor fotográfico manda la imagen capturada a un móvil, ordenador o tablet– que están a punto de salir al mercado.
La ventaja de estos dispositivos es que gracias a sus receptores GPS y brújulas son capaces de orientarse solos, con lo que ponerlos en marcha es poco menos que abrir el trípode y encenderlos. Sus sistemas de guiado se ponen a determinar su posición y una vez orientados las aplicaciones que los acompañan sugieren cosas que ver en el cielo de esa noche y ese lugar o permiten orientarlos a mano. También son capaces de seguir el movimiento aparente de aquello que estén observando.
Eso sí, como decía antes no tienen visores ópticos, con lo que no se puede poner otro ocular, así que el campo de visión es el que es y no sirven para ver según qué cosas como constelaciones porque son demasiado grandes para su campo de visión o planetas porque son demasiado pequeños.
A cambio, gracias a sus sensores de alta sensibilidad, permiten ver fácilmente objetos del cielo profundo que de otra forma sería extremadamente difícil ver. El fabricante de Stellina dice incluso que el telescopio incorpora un filtro de contaminación lumínica que permite disfrutar de un cielo oscuro desde el centro de una ciudad, aunque esto tengo que verlo.
Los dos se conectan al dispositivo desde …