El mundo de los videojuegos suele representar violencia explícita como recursos propios de la diversión. En muchas ocasiones, la recreación de un futuro distópico suele ser la corriente habitual por donde discurre gran parte de los títulos que se marca la industria para atraer a los videojugadores, como si la mayor parte de los deseos se redujera a enfrentarse a alienígenas y volar a distintos planetas. Con gran belleza visual, capaz de asombrar con sus panorámicas cálidas, el videojuego «Horizon Zero Dawn» presenta sus credenciales cruzando dos vertientes temáticas claras: un mundo plagado de máquinas y vicisitudes terrenales.
Luego de bajar al terreno es fácil adivinar sus inspiraciones. Recoge elementos propios de los juegos de aventura, allana el camino con recursos procedente de los juegos de rol (RPG), introduce una capa de libertad y se sumerge en una gran variedad de desafíos en forma de misiones principales y secundarias. Hay un poquito de varios estilos que, sin lograr ofrecer grandes novedades que manifiesten un avance de la industria hacia un nuevo camino, lo que promete lo hace bien.
Aunque gran parte de la aventura se limita a solventar conflictos y prestar su ayuda a la tribu, el jugador debe hacer frente a pequeños grupos de esas máquinas robotizadas que han tomado el mundo para subyugar a la raza humana. Las personas, según se recrea en el juego, se reúnen en tribus y en aldeas primitivas. Y de todos los habitantes de los Nora destaca una cazadora pelirroja, Aloy, de carácter …