Ya nos hemos zampado los trece episodios de la nueva temporada de la serie estrella de Netflix, la inigualable House of Cards, y esto es lo que nos ha parecido.
Todo un año sin el audaz matrimonio que forman Frank y Claire Underwood en nuestras pequeñas pantallas siempre es un tiempo excesivo, muy en especial si lo último que nos grabaron en las retinas fue la magnética escena de cierre de la cuarta temporada de House of Cards (Beau Willimon, desde 2013), en la que nos dejaban helados con una declaración terrible mirando a cámara los dos. Pero ya está aquí la quinta por fin, y comienza exponiendo rápidamente la amenaza que se cierne sobre la posición política del Presidente de los Estados Unidos a causa de las pesquisas periodísticas del ciclo precedente, con toda una declaración de intenciones algo equívoca sobre la nueva posición de Claire respecto a los espectadores y sobre la tenacidad e insumisión de Frank, en cuya piel se siguen metiendo Robin Wright y Kevin Spacey de un modo extraordinario.
Es formidable cómo la serie se nutre del juego y las decisiones políticas reales de la historia estadounidenseEs formidable cómo la serie se sirve de la arquitectura en sus encuadres, tanto en interiores como en el exterior, y la manera en que se nutre del juego y las decisiones políticas reales de la historia estadounidense. Por ejemplo, la instrumentalización del miedo al terrorismo como baza política que se llevó a cabo durante la administración de George W. …