En su ópera prima, Chris Nash se atreve con un slasher ambiental que ofrece una perspectiva innovadora dentro del género, y que nada tiene que ver con títulos como Death Proof de Tarantino. A diferencia de los slashers tradicionales, donde suelen abundar los sobresaltos rápidos y constantes, esta película se adentra en una atmósfera más tensa y psicológica que te mantiene en un continuo estado de alerta.Inspirado por directores como Gus Van Sant y Terrence Malick, utiliza tomas largas y estáticas, sin banda sonora y casi sin diálogos, una mezcla de recursos que a mí, personalmente, ha conseguido ponerme los pelos como escarpias. Cuando piensas que la sensación de incomodidad ya no puede ir más en aumento, siempre lo hace. En mi opinión, lo mejor de todo es que ofrece una visión única y perturbadora que no acostumbramos a ver en el género, porque la historia se cuenta desde la perspectiva del asesino.El slasher sobrenatural que te mete en la piel del asesinoLa historia sigue a un grupo de amigos que, durante su estancia en una cabaña en el desierto de Ontario, en Canadá, encuentran un misterioso medallón en los restos de una torre de vigilancia contra incendios. Cuando deciden llevárselo, no tienen ni idea de que este objeto mantiene en reposo el alma de Johnny, un joven que murió hace varias décadas en extrañas circunstancias. A partir de ese momento, una presencia maligna se cierne sobre ellos, persiguiendo a los jóvenes para intentar recuperarlo, asesinando brutalmente a uno tras …