Hoy hace un año desde que la imagen de los dos propulsores laterales del primer Falcon Heavy aterrizando juntos se nos quedaba grabada en la memoria para siempre a todas las personas del mundo que sufrimos de esa curiosa condición conocida como espaciotrastorno. Y a muchas otras personas también porque fue sencillamente espectacular; digna de cualquier película de ciencia ficción. Solo que no era una película sino ciencia aplicada, también conocida como tecnología.
Aquel primer lanzamiento ponía en órbita el Tesla Roadster de Elon Musk «pilotado» por Starman, un maniquí que llevaba puesto el traje espacial que utilizarán los tripulantes de la Crew Dragon. Le acompañaban las firmas de los empleados de la empresa.
El utilizar ese coche como carga del cohete fue porque al ser el primer lanzamiento nadie quería arriesgar una carga útil pero el cohete necesitaba llevar lastre para comprobar su capacidad. Y en vez de usar un bloque de hormigón –por ejemplo– Elon Musk decidió utilizar un lastre más estiloso.
Ese Don't Panic! fue un detalle absolutamente friki
El lanzamiento fue bien, aunque se perdió el núcleo central del cohete, y en aquel momento se estimaba que la primera misión de verdad de un Falcon Heavy sería lanzada en junio de 2018 con la misión Space Test Program-2 del Departamento de Defensa de los Estados Unidos.
Pero al final esta primera misión de un Falcon Heavy se ha ido retrasando y según los planes actuales se estrenará con el lanzamiento del satélite de telecomunicaciones Arabsat-6A, de …