España genera más de 200.000 toneladas de basura electrónica. En todo el mundo, según Naciones Unidas, se recicla solo el 15% de todo lo que el ser humano tira a la basura. Y poco a poco empiezan a surgir iniciativas que proponen mecanismos y objetos reutilizables, algo que choca frontalmente contra el actual modelo económico basado en plásticos, altamente contaminantes y de difícil recuperación.
Algo que da la sensación de que para garantizar el futuro conviene, contra todo pronóstico, volver a las raíces terrenales, al pasado en donde la venta de productos de higiene o alimenticios a granel era el pan de cada día. De ahí que se ponga el foco en el producto electrónico más revolucionario de las últimas décadas, el teléfono móvil, que se se ha convertido en algo necesario. Como objeto económico, los fabricantes se esmeran por renovar sus modelos anualmente, con lo que al cabo del tiempo los móviles antiguos van cogiendo polvo en cualquier cajón. Quien más quien menos tiene guardado dos o tres.
Como reproductor de música
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¿Y si tuvieran una segunda vida? ¿Y si pudieran reutilizarse para algunos fines particulares? Dependiendo de la época en la que se desarrolló -la tecnología cambia rápidamente-, un «smartphone» por ejemplo bien puede servir como un reproductor de música, como proponen desde el medio especializado «Ticbeat», sobre todo si se trata de un móvil basado en el sistema operativo Android. Se pueden cargar fácilmente canciones en formato MP3 y, voilà, a disfrutar de la música.