*Por Héctor Roldán Vargas, CEO de Simple Consulting
La necesidad de cuidar y salvar vidas, es un imperativo moral y ético de los gobiernos, bajo la triste coyuntura del Covid-19. Con la necesidad de implementar medidas de protección y continuidad de servicios, el establishment y la mayoría de las empresas, han tenido que acelerar sus procesos de transformación digital, ocupando la tecnología casi por necesidad, porque digámoslo alto y claro, salvo unos pocos, nadie estaba preparado para esto.
Así las cosas, hoy podemos dividir la digitalización de nuestras vidas en varias dimensiones: por un lado, el ámbito laboral donde muchos utilizan ya de forma cada vez más natural distintas herramientas que habilitan la colaboración virtual como el teletrabajo, el ámbito del consumo en el cual las ventas a través del e-Commerce se han potenciado fuertemente tras el llamado a los consumidores a mantenerse en sus casas para evitar el contacto social, y disminuir así la curva de propagación del coronavirus. El ámbito social donde la forma de conectar, comunicarnos y relacionarnos ha cambiado de forma profunda, ya que el hecho de no estar cerca físicamente, no significa que nos desconectemos emocionalmente de nuestros seres queridos. Y por último, el ámbito de los servicios ciudadanos con el Estado, es decir el e-Government, donde se está avanzando para digitalizar la relación con la identidad digital, la dimensión transversal a todas las variables anteriormente mencionadas y aquí es imperativo que redoblemos esfuerzos para lograr mecanismos masivos, seguros y rápidos.
Si bien la emergencia sanitaria, ha …