A finales de 2019, Intel presentaba un chip criogénico llamado Horse Ridge con el que esperaba acelerar el desarrollo de la computación cuántica. Casi año y medio después, la compañía y QuTech publicaron una investigación en la revista Nature en la que abordan uno de los desafíos de esta tecnología para lograr su escalabilidad: la interconexión.
Según la publicación, la interconexión que existe entre los chips cuánticos que se encuentran en refrigeradores y el cableado a temperatura ambiente, encargado de controlar los qubits, es uno de los principales obstáculos para la computación cuántica.
En las implementaciones actuales de qubit de estado sólido, aparece un importante cuello de botella de interconexión entre el chip cuántico en un refrigerador de dilución y la electrónica a temperatura ambiente.
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Sin embargo, Intel trabaja en la fabricación de componentes como qubits en silicio que usen tecnología compatible con semiconductores complementarios de óxido de metal. Al estar diseñados para funcionar con la temperatura criogénica de los refrigeradores, podrán integrarse de manera sencilla en el mismo paquete de los qubits, superando el problema del cableado.
Además de los avances logrados con el chip Horse Ridge, Intel y QuTech también hicieron una demostración exitosa de la multiplexación de frecuencia en dos qubits utilizando un solo cable. Esta técnica divide el ancho de banda total disponible en una serie de …