La inteligencia artificial es todavía más «artificial» que «inteligente». Está llegando al cerebro de un ratón, pero se va a pasos agigantados. Un sector al alza que se ha subido a bordo del coche. En los últimos cien años los vehículos han ganado en prestaciones, en eficiencia energética, en comodidad. El gran salto se está produciendo en estos momentos. Su nombre, conducción autónoma. Y va a cambiar el mundo.
En cinco años se han logrado articular importantes logros. El desafío es, todavía, muy grande, pero diversos informes apuntan a que los coches que se muevan libremente sin conductor será una realidad en las ciudades en solo una década. Según los pronósticos de Goldman Sachs en torno al año 2030, el 60% de los coches vendidos en Estados Unidos serán autónomos.
Nos encontramos en los primeros niveles de desarrollo. La industria, y más concretamente SAE (sociedad de ingenieros automotrices en Estados Unidos) lo sitúa en seis niveles de «inteligencia», y ahora se está alcanzando el cuatro aunque en fase de laboratorio; a nivel dos en productos comerciales. Todo se andará, se atreven a proclamar la industria del automóvil, que ha buscado a su pareja de baile en otro sector, el de la tecnología.
Firmas de toda clase y devoción se han unido en los últimos tiempos para avanzar en su desarrollo. Se han conseguido superar importantes desafíos, pero todavía deben resolver algunos conflictos: el tiempo de respuesta de este tipo de vehículos, los protocolos de actuación ante un …