Pensar en el iPad mini es evocar una historia de constante evolución, de cómo Apple ha sabido adaptar su dispositivo más pequeño a las exigencias tecnológicas de cada época. El iPad mini ha pasado de ser un “puente” entre smartphones y tablets a convertirse en un dispositivo con personalidad propia, un producto que combina lo mejor de ambos mundos. Con el paso de los años, hemos visto cómo cada generación ajustaba sus características para seguir siendo relevante en un panorama cada vez más competitivo. El nuevo iPad mini 7 no es una excepción: parece una actualización discreta, pero esconde muchas sorpresas bajo esa familiar carcasa.

El primer iPad mini, lanzado en 2012, parecía la respuesta perfecta para aquellos que querían la experiencia de una tablet, pero sin el tamaño imponente del iPad tradicional. Recuerdo claramente sostener ese dispositivo por primera vez y quedarme maravillado por su portabilidad. Era el equilibrio ideal entre tamaño y funcionalidad, algo que otros fabricantes no habían logrado acertar del todo. Hoy, más de una década después, el iPad mini sigue siendo de los más importantes en su nicho. Y aunque la competencia ha intentado entrar en este mercado de tablets compactas, la realidad es que el mini sigue sin rival.

El iPad mini 7 hereda directamente el diseño del iPad mini 6, que ya había dado un gran salto en 2021. El rediseño de esa generación, con bordes rectos y pantalla casi sin bordes, fue un movimiento inspirado en los iPads Pro, que dio al …