Hace unos días, se cumplió el décimo tercer aniversario del fallecimiento de Steve Jobs. En ese fabuloso artículo, mi compañero Álvaro recopiló en una tabla cómo era el ecosistema Apple en 2011, y qué tenemos ahora. Centrándonos en el iPhone, en 2011 sólo existía el iPhone 4s - teniendo hoy en día muchos más modelos donde elegir. Algo que da la oportunidad a los usuarios de escoger un modelo apropiado para ellos.

Con el iPhone 16, Apple estrecha la distancia entre su gama base y la Pro, ofreciendo en esta generación un teléfono que integra lo mejor de la tecnología actual sin la necesidad de pagar precios Pro. Esta gama “de entrada” de este año es una clara manifestación de la estrategia de Apple de aportar más valor en sus versiones no Pro. El iPhone 16 no es solo una actualización de hardware, sino en mi opinión una redefinición de lo que puede hacer un dispositivo de su categoría.

Las gamas, como los propios productos, también buscan evolucionar. Y los modelos “no Pro” han estado tradicionalmente separados de sus hermanos mayores. Spoiler: este año no lo están. Estrenan procesador propio (no de la generación anterior, como los iPhone 15, aunque ya miraban alto hacia sus hermanos mayores) y mejoran en rendimiento y en herramientas creativas para satisfacer a un espectro más amplio de gente.

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Ficha técnica del iPhone 16 y iPhone 16 Plus

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