Es sabido que China tiene infinidad de conflictos con Estados Unidos. Que si vetos a la tecnología, ataques de hackers, o prohibición de venta de materiales, las tensiones no paran. Gran parte de estas situaciones pueden atribuirse a que el gigante asiático es una super potencia en tierras raras, lo que le permite desarrollar tecnología. Ahora, otro país quiere seguir sus pasos: Japón.
Desde el planteamiento, su misión ya se perfila como una tarea titánica: minar un yacimiento de 230 millones de toneladas. ¿El problema? Se encuentra en el fondo del mar.
Primero se debe tener en cuenta un factor. El nombre de "tierras raras" no se debe a que sean minerales difíciles de encontrar, sino a cómo están distribuidas sobre el planeta. Además de sus complejidades asociadas a la extracción y procesamiento, claro.
Estos elementos son cruciales para numerosas industrias modernas, como la fabricación de motores para vehículos eléctricos, imanes, fibra óptica, dispositivos médicos y hasta celulares. De ahí que el monopolio chino derive en tensiones geopolíticas.
La entrada de Japón al juego comenzó desde diciembre de 2022 cuando las autoridades locales centraron su atención en una zona frente a la isla de Minami-Torishima, un atolón ubicado a unos 1,900 kilómetros al sureste de Tokio. Aunque en un principio se estimó que el área contenía alrededor de 16 millones de toneladas de estos valiosos metales, el hallazgo puede ser incluso mucho mayor.
Fue en …