Cinco años desde ' Valhalla ' parece mucho tiempo, pero no lo es tanto. Entre medias Ubisoft nos sorprendió con ' Mirage ', una vuelta a los orígenes que parecía que iba a ser el camino a seguir de la saga 'Assassin's Creed'. Pero nos equivocamos, y creo que tenemos que dar gracias por ello porque 'Shadows' no es una revolución, pero es la evolución que necesitaba la franquicia, aunando todo lo bueno de 'Origins', 'Odyssey' y 'Valhalla' con lo que hacía memorable al Credo en los primeros títulos. Lo primero que queremos resaltar es que, como muchos anticipábamos, la ambientación japonesa encaja perfectamente en 'Assassin's Creed'. En 'Shadows', exploramos nueve regiones del Japón feudal, cada una con su propia identidad, historias y personajes, todas ellas con una arquitectura cautivadora y elegante, diseñada sin perder de vista la jugabilidad característica de la saga. Ubisoft ha diseñado un mapa fascinante que abarca varias provincias en el corazón del país. Durante las 40 horas que nos ha durado el juego, siempre hemos encontrado algo sorprendente en su mundo abierto, que no solo refleja la belleza de sus paisajes, sino también la dureza de su clima, cambiante a lo largo de las estaciones conforme avanzan las misiones. En esta ocasión controlamos a dos protagonistas, Naoe y Yasuke, completamente opuestos tanto en historia como en jugabilidad. La historia se sitúa con Oda Nobunaga como una fuerza imparable que quiere unificar el país. Pero una misteriosa organización, el Shinbakufu, quiere ponerlo todo patas arriba... Ahí …