Entre mayo y junio de 2016 un grupo de astrónomos detectó una fluctuación de aproximadamente un 0,5 por ciento en la luz que nos llega de la estrella KELT-9 usando el telescopio KELT-Norte. Esta disminución, que se repetía cada día y medio, indicaba la presencia de un planeta alrededor de esa estrella en el que el «año» dura 36 horas.
Los datos indicaban también que KELT-9b, que es el nombre que ha recibido finalmente este planeta extrasolar, tiene tres veces el tamaño de Júpiter pero sólo dos veces su masa.
Además, por la distancia a la que está de su estrella la temperatura en el lado que está permanentemente mirando hacia ella –está en acoplamiento de marea– debe andar por los 4.400 ºC, lo que lo convierte en el planeta gaseoso gigante más caliente que hayamos encontrado. De hecho es más caliente que las estrellas de clase M y que algunas de las de clase K. Esta elevada temperatura, creen los astrónomos que lo han descubierto, tiene mucho que ver con su tamaño, ya que estiman que habrá hecho que su atmósfera se expanda.
Y por si esto fuera poco la órbita de KELT-9b es perpendicular al eje de giro de su estrella.
Por si a estas alturas el planeta no nos pareciera ya lo suficientemente raro los descubridores de KELT-9b creen que es posible que tenga una cola similar a la de un cometa causada por la gran dosis de radiación que recibe de su estrella, que literalmente le …