Los Emiratos Árabes Unidos se posicionan con fuerza en el sector de los semiconductores, aliándose con gigantes como TSMC y Samsung para establecer fábricas de alta tecnología. Con inversiones superiores a los 100.000 millones de euros, este movimiento desafía las estrategias de Estados Unidos, que intenta contener el crecimiento tecnológico de China, mientras los EAU buscan convertirse en un centro global para la fabricación de chips