Imagina una gran caca de perro. No una cualquiera, una enorme que lleva varias semanas frente a tu casa y que dejó un chucho desconocido. Desde entonces se ha estado horneando al sol hasta empezar a formarse unas pequeñas crestas duras y crujientes. ¿La recogerías y te lo comerías? Por supuesto que no.Read more...