El pasado viernes un cohete Soyuz-2.1a despegaba desde el Cosmódromo de Baikonur para poner en órbita la cápsula tripulada Soyuz MS-24, que tres horas y nueve minutos después se acoplaba al módulo Rassvet de la Estación Espacial Internacional.
A bordo de la cápsula iban Oleg Kononenko y Nikolái Chub de Roscosmos y Loral O’Hara de la NASA, que tenían que haber llegado a la Estación hace unos seis meses en la Soyuz MS-23. Es la quinta misión al espacio de Kononenko, mientras que para Chub y O'Hara es la primera.
Pero la fuga de refrigerante de la Soyuz MS-22, que la dejó inutilizada, obligó a Roscosmos a enviar la MS-23 vacía a la Estación para que se convirtiera en la nueva nave de Sergey Prokopyev y Dimitry A. Petelin de Roscosmos y Frank Rubio de la NASA, la tripulación de la MS-22. Los tres volverán a casa el próximo día 27 tras 371 días en el espacio, lo que ha permitido, aunque sea de forma accidental, que Frank Rubio vaya a establecer un nuevo récord de permanencia en el espacio para la NASA.
La tripulación de la EEI tras la llegada de la Soyuz MS-24. En primera fila, de izquierda a derecha Nikolai Chub, and Oleg Kononenko, y Loral O’Hara - NASA TV
Configuración de la EEI tras la llegada de la Soyuz MS-24 - NASA
Está previsto que O’Hara permanezca seis meses a bordo de la EEI mientras que Kononenko y Chub estarán un año en órbita. Esto es …