En el mismo días las posiciones se han vuelto a encontrar: Estados Unidos acaba de anunciar que a partir de septiembre destinará terceras dosis de vacunas contra COVID-19 a grupos especiales, en particular a personal de salud y a adultos mayores, pero la Organización Mundial de la Salud insiste en que esas terceras dosis no solo no son necesarias, sino que afectan una adecuada distribución de dosis en otras partes del mundo.
Ha sido la científica en jefe de la OMS, Soumya Swaminathan, la que ha insistido en que no hay evidencia científica de que una tercera dosis sea necesaria, en una declaración retomada por Reuters. El comentario llega a unos días de que la FDA haya comenzado a recomendar una tercera dosis de vacuna de Pfizer especialmente a personas inmunosuprimidas.
Pero hoy mismo Estados Unidos ha oficializado el anuncio que antes se le había adelantado a The New York Times: las terceras dosis comenzarán a darse a personal de salud tan pronto como en septiembre.
No es oficial que Estados Unidos vaya a continuar con una política de tercera dosis para la población en general, aunque The New York Times sí dice, después de haber hablado con oficiales de la administración, que es probable.
El mismo día en que la declaración y el anuncio se encuentran en México se ha autorizado el uso de la vacuna de Moderna
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