Una juez federal de los Estados Unidos ha sentado un precedente importante en el caso de las licencias abiertas. De acuerdo a su decisión, licencias como la GNU GPL (Licencia Pública General de GNU) pueden ser tratadas como contratos legales y los desarrolladores que las utilicen en sus programas pueden demandar a quienes violen esos contratos.
Todo comenzó cuando los desarrolladores de Hancom Office, un suite de ofimática coreano, decidieron utilizar el lector de PDF open source Ghostscript dentro de su procesador de texto. Ghostscript se encuentra bajo una licencia AGPL, esta exige que si redistribuyes su software en forma binaria, debes liberar el código fuente. Y, si combinas Ghostscript con otro software sin solicitar una licencia comercial alternativa, entonces debes compartir el código fuente. Hancom hizo las dos cosas y nunca liberó el código fuente.
Hancom pudo muy bien pagar a Artifex, creadores de Ghostscript, por una licencia comercial alternativa, pero no lo hizo. Desde el 2013 la empresa coreana ha venido usando el software sin cumplir con la licencia y ganando dinero a través de la venta de su software.
Software libre no es lo mismo que software gratis. Hancom es un ejemplo de cómo algunos buscan beneficiarse económicamente del open source sin querer contribuir o pagar lo que les toca.
Artifex demandó a Hancom, y estos intentaron que el caso fuese desestimado alegando que la compañía nunca firmó nada, ya que la licencia AGPL no era un contrato.
La juez no estuvo de …