Y de repente Zuckerberg despertó de su sueño: su criatura más adorada, Facebook, está aletargada y no marcha como desearía. Aunque todo su entramado sigue generando importantes ingresos económicos, la red social por antonomasia empieza a dar muestras de desaceleración. Su éxito no iba a durar para siempre. Tras catorce años de existencia, otros de sus servicios como Instagram ya se vislumbran como su futuro más ambicioso.
Facebook se encuentra sumida en una profunda crisis de confianza, pero todo podía haber pasado de largo si los resultados registrados el anterior trimestre hubiesen sido más oportunos. Por primera vez, la red social ha perdido interés en Europa, uno de sus principales mercados. En los últimos tres meses se han desconectado más de 3 millones de usuarios activos diarios.
Un dato preocupante que coincide con dos momentos: el escándalo de Cambridge Analytica que ha puesto en cuestionamiento su seguridad y, por otro lado, la entrada en vigor de las nuevas leyes europeas de privacidad, el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD o GDPR por sus siglas en inglés). Tampoco ha podido sacar pecho en su principal territorio, Estados Unidos, donde el crecimiento plano se ha asentado definitivamente en sus balances.
En total, la plataforma ha registrado unos 1.470 millones de usuarios únicos diarios, una cifra ligeramente alejada de las previsiones que apuntaban los analistas (1.490 millones), aunque equivale a un crecimiento interanual en torno al 11%. En Estados Unidos ha acumulado unos 185 millones de usuarios activos diarios frente …