Si Steve Jobs estuviera vivo, probablemente le costaría mucho trabajar con la mentalidad de puntualidad de la Generación Z. Según un estudio del que se hacen eco medios como Fortune, un 46% de los jóvenes considera que llegar diez minutos tarde no es ser impuntual. Una mentalidad que cambia por completo observando la percepción de generaciones posteriores.
Hombres como Steve Jobs, máximo dirigente de Apple durante más de 15 años y de su fundada NeXT durante diez, tenía una mentalidad completamente opuesta. Tal era su obsesión por no perder el tiempo, que poco o nada le importaba empezar reuniones de alto nivel sin uno de los asistentes clave que estaba llegando tarde.
Steve Jobs, adalid de la puntualidad y eficiencia
Partimos de la base de que el cofundador de Apple odiaba las reuniones. Sobre todo aquellas en las que tenía que aguantar una presentación insípida hecha con PowerPoint. Las veía improductivas e incluso fijó un "día de descanso" que, en realidad, lo que implicaba es que estaba prohibido hacer reuniones, salvo que fuesen realmente urgentes.
Ed Catmull, que fue presidente de Pixar y Disney, contaba en el libro 'Creatividad S.A.' una anécdota que refleja perfectamente cómo se tomaba Steve Jobs que se llegase tarde a las reuniones. Steve Jobs estaba interesado en comprar Pixar, propiedad de Lucas Films en su día, por lo que mantenía importantes reuniones con el equipo directivo de la misma.
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