En el mundo tecnológico, donde la innovación y la eficiencia son cruciales, la inteligencia emocional para mostrarlas y saber venderlas es también importante. De ahí que los grandes líderes deban tener esas habilidades técnicas. Y sí, Steve Jobs se caracterizaba por ello y lo hacía gracias al poder de una sencilla frase de nueve palabras.
"No es lo que dices, es cómo lo dices"
Esta frase encapsula un principio fundamental de lo que debe ser una comunicación efectiva. Y no le pertenece a Jobs, sino a la humanidad. Nadie sabe quién la dijo primero, pero sí quiénes la aplicaban mejor. Y Steve Jobs era uno de ellos, ya que entendía a la perfección como no sólo importa el contenido de las frases, sino también el tono con el que se dicen y la actitud que se tiene en ese momento.
Imagen: James Mitchell en Flickr
Lejos de ser algo de sentido común, se ha estudiado de forma concreta el cómo cambian las percepciones en función de cómo se exprese una cierta frase. El estudio de Mehrabian y Wiener trata precisamente de ello, concluyendo en que una misma frase puede ser percibida de una manera totalmente opuesta dependiendo de la actitud y el tono que tenga el que la emita. Ni siquiera en un contexto común se percibe igual.
Y a esto se le suma otro factor clave: la postura del cuerpo y actitud que se muestra. Aquí también podemos tomar a Steve …