Los sistemas de inteligencia artificial están reemplazando funciones tradicionalmente reservadas a psicólogos a un ritmo sorprendente. Este fenómeno, lejos de ser una tendencia pasajera, refleja profundas carencias en el sistema de salud mental global y plantea cuestiones fundamentales sobre el futuro de la profesión psicológica en un mundo dominado por algoritmos conversacionales.Según informa New Atlas, esta acelerada adopción responde principalmente a factores económicos y de accesibilidad. La terapia convencional resulta prohibitiva para gran parte de la población, con sesiones presenciales que oscilan entre 100 y 300 dólares y tiempos de espera que se extienden durante meses, mientras alternativas digitales superan los 400 dólares mensuales.El auge de los terapeutas virtuales: ¿revolución o peligro?El interés por la interacción humano-máquina como soporte emocional existe desde los primeros experimentos con ELIZA en los años 60, pero los modelos contemporáneos han alcanzado niveles de plasticidad conversacional sin precedentes. Esta evolución ha encontrado particular resonancia en grupos con necesidades específicas como personas neurodivergentes, quienes frecuentemente enfrentan dificultades en interacciones sociales directas.La profesora Jilly Newby del Instituto Black Dog señala que los chatbots implementan eficazmente técnicas de terapia cognitivo-conductual, aunque matiza que esta representa sólo una fracción del arsenal terapéutico humano. Esta capacidad limitada no ha impedido que sistemas como Claude ganen popularidad especialmente en comunidades tecnológicas, donde su diseño centrado en la conversación lo posiciona como opción preferida.El atractivo de estos sistemas se multiplica por factores como el anonimato garantizado y la disponibilidad permanente, características particularmente valoradas cuando las aplicaciones de mensajería integran capacidades conversacionales avanzadas. …