Los investigadores del MIT y la Universidad de Washington estudian una IA llamada L-IBM (latent inference budget model) capaz de anticiparse al comportamiento humano. Ello abre un debate sobre si las decisiones no resultan tan espontáneas como pensamos y se deben a parámetros que pueden ser calculados. Además, ofrece tanto posibilidades negativas como positivas.Para predecir el futuro, valora el pasadoDicha inteligencia artificial resulta tan novedosa porque evalúa el comportamiento humano anterior al momento de la decisión, por lo que cuando predice una acción, conoce el camino que ha recorrido el sujeto para encontrarse allí. Sabe lo que la persona desea hacer, pero también las posibilidades que tantea y sus limitaciones. Así, es capaz de conformar unas directrices para descifrar su próximo movimiento antes de que lo realice.Ha sido entrenada en tres fases. Primero analizó el comportamiento de los sujetos a estudiar y las diferentes variables que le afectan, para ello observó a las personas situadas en distintas posiciones de un laberinto, desplazándose a través de este. Posteriormente estudió el lenguaje y comunicación de los sujetos mediante un juego. Finalmente, se centró en el tiempo en el que jugadores humanos tardan en tomar una decisión, fijándose para ello en una partida de ajedrez.Existen diversas formas de enfocar dicho descubrimiento. Una de ellas resulta catastrofista, deduciendo que si una IA puede predecir nuestras acciones, seríamos incapaces de adelantarnos a ella, y podría controlarnos.Sin embargo, también existe una vertiente positiva. "Si sabemos que un humano está a punto de cometer un error, tras …