Hasta el momento, se pensaba que la Luna se había formado a partir de una colisión entre la Tierra y el planeta Tea, pero la ciencia demostró una vez más que las teorías no son verdades absolutas; están para romperse y encontrar nuevos planteamientos, significados y paradigmas con el fin de entender más sobre nuestra propia existencia.Para contextualizar, el planeta Tea es un protoplaneta del sistema solar, es decir, una especie de cuerpo celeste considerado como un embrión planetario, el cual fue teorizado para encontrar una explicación razonable acerca de la existencia de la Luna.
A dicha hipótesis se le conoce como "La Teoría del Gran Impacto" y postula que nuestro satélite natural se originó como resultado de una posible colisión entre la Tierra y el protoplaneta, Tea, dejando material flotando en el espacio dando vía a que la Luna se creara.
La Teoría del Gran Impacto tuvo cabida por primera vez en una conferencia sobre satélites el año 1974 y, posteriormente, se convirtió en el razonamiento más aceptado por la comunidad científica. Sin embargo, a 43 años de tal postulación, científicos refutaron que la formación de la Luna haya sido generada por una colisión.
La ciencia siempre estará en constantes búsquedas basadas en métodos experimentales para conocer y profundizar más sobre nuestros orígenes porque nuestra existencia es una mínima porción irrelevante a comparación de lo que nos rodea. Es decir, creemos conocer mucho, pero la realidad es que estamos muy limitados.
Durante décadas, el origen de la Luna …