En 2021, un astrofísico confirmó algo que la teoría de la relatividad de Einstein ya había predicho: la existencia de luz detrás de un agujero negro, gracias a observar uno supermasivo situado en el centro de una galaxia a 800 millones de años luz de distancia.
El descubrimiento fue hecho por Dan Wilkins, un científico de la Universidad de Stanford, que encontró una serie de ecos luminosos "inesperados" en la corona de un agujero negro, es decir, en la región donde los gases calientes emiten radiación de alta energía, como los rayos X.
Estos destellos adicionales de rayos X, detalló Wilkins en un artículo publicado en la revista Nature, eran más pequeños, ubicados en la parte posterior del agujero negro y en diferentes "colores" de llamaradas brillantes.
En teoría, estos ecos luminosos eran consistentes con rayos X reflejados desde la parte trasera del agujero negro, lo que permitió confirmar también que el agujero estaba deformando el espacio, doblando la luz y retorciendo los campos magnéticos a su alrededor.
Este fenómeno tampoco es nuevo, pues ya se sabía que los agujeros negros cuentan con la suficiente fuerza como para alterar los campos magnéticos, como se ha observado en otros fenómenos similares, pero al tratarse de una observación directa, sirvió como confirmaciópn para un escenario que Einstein ya había predicho en la Teoría de la Relatividad.
Un descubrimiento inesperado
El estudio original no tenía la intención de verificar …