A principios de 2023, la comandante de un buque de guerra estadounidense organizó un plan para que, junto con un grupo de oficiales, pudieran acceder a Wi-Fi durante un viaje de seis meses. Aunque la red, llamada "STINKY" (que en español significa "apestoso"), era una broma, este acto terminó por llevar a la militar a un consejo de guerra.
De acuerdo con el sitio NavyTimes, todo comenzó con la comandante Grisel Marrero, al mando del USS Manchester. Ella, junto con otros miembros de la cúpula de mando del navío, adquirió una antena Starlink por 2,800 dólares, que luego instalaron discretamente en una de las cubiertas exteriores del barco, donde quedó bien oculta.
Gracias a esta instalación, un pequeño grupo de oficiales de alto rango tuvo acceso a internet durante los seis meses que duró la misión, entre marzo y agosto de 2023. Sin embargo, la situación comenzó a complicarse con el tiempo.
Una red inalámbrica evidente
Algunos miembros de la tripulación, que no tenían acceso a esta red Wi-Fi, detectaron su presencia. Comentarios al respecto despertaron la curiosidad de otros oficiales no involucrados en el plan, quienes no lograron localizar el dispositivo, pues ni se imaginaban que se tratara de una antena Starlink.
Cuando varios suboficiales cuestionaron a Marrero, esta negó la existencia de la red. Para evitar más sospechas, decidieron cambiar el nombre de la red de "STINKY" a uno que simulara pertenecer a una impresora inalámbrica, a pesar de que …