A las 6:00:42, hora peninsula española, del 14 de abril de 1970 Jim Lovell, el comandante del Apolo 13, transmitía por radio una de las frases más conocidas de la historia de la exploración espacial: «Houston, hemos tenido un problema.»
La transmisión completa dice «Houston, hemos tenido un problema. Hemos tenido una bajada de voltaje en el bus principal B». Y no hacía sino confirmar lo que Jack Swigert había dicho 26 segundos antes: «Okey, Houston, hemos tenido un problema aquí».
En ese momento aún no lo sabían pero cualquier posibilidad de que el Apolo 13 cumpliera con su objetivo de aterrizar en la zona de Fra Mauro en la Luna se había esfumado. De hecho sus posibilidades de volver con vida de la misión estaban evaporándose por segundos.
Una serie de errores –como suele ser el caso– habían hecho que el tanque de oxígeno número 2 del módulo de servicio hubiera resultado dañado en Tierra meses antes del lanzamiento de la misión. De hecho ese tanque originalmente tenía que haber sido usado en el Apolo 10. El detonante final fue que Swigert, siguiendo las instrucciones recibidas desde Houston, activó un ventilador diseñado para mover los contenidos del tanque con el objetivo de asegurar que las lecturas de los sensores de presión fueran correctas.
Esto provocó una explosión en el tanque que no sólo hizo que se perdiera todo el oxígeno que contenía y arrancó parte del fuselaje sino que además dañó el tanque de oxígeno número 1, que también …