Dicen que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor. Pero haz un ejercicio sencillo: ¿cambiarías el momento actual y los productos de ahora por lo que viviste de niñez? Regresar a un momento anterior puede ser un error en tanto en cuanto el recuerdo instalado en el cerebro puede chocar con la magia que lo envuelve. Las sensaciones acumuladas, producto de una etapa de nuestras vidas, corren peligro de distorsionarse si se aplica un foco reciente. O puede que no, puesto que para muchas personas vivir la misma experiencia que tuvieron de adolescentes es más que un sueño.
Canta ese explorador de las letras justas llamado Joaquín Sabina que «al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver». Pero tiene algo. Los ciclos existenciales se manifiestan en la moda, la economía y los mercados permanentemente. Todo vuelve a la vida tiempo después. El mundo de la tecnología, que supuestamente se esfuerza en trazar las líneas del futuro, no es ajeno a la era de nostalgia que impregna la sociedad. Lo vemos en todos los ámbitos.
«Stranger Things», la conocida serie de Netflix, logra dibujar mediante unas pinceladas ochenteras un evocador cuadro que nos devuelven a una vida anterior. «La La Land», el musical que ha roto todos los récords en los Globos de Oro y que puede lograr un hito en los Oscar, fusiona (a la perfección si uno se pone) los guiños a anteriores y triunfadoras películas de este género que vive su segunda o tercera edad …