La vida no es fácil para una compañía como Uber, al menos no por estos días. Y en parte se entiende, pues la empresa ha puesto patas arriba los servicios de transporte público en cientos de ciudades y eso trae consecuencias: bloqueos de la aplicación (o al menos la intención de hacerlos), enfrentamientos con taxistas en varios lugares y batallas legales con reguladores y autoridades de movilidad.
Por ejemplo, tan sólo hace unos días, la Cámara de Representantes decidió hundir una iniciativa que buscaba regular las aplicaciones como Uber en Colombia. Y en Europa, el máximo tribunal de la UE analiza desde noviembre de 2016 si considera a la compañía como una plataforma digital que conecta conductores con usuarios o un servicio de transporte tradicional, pero que funciona a través de internet.
Pero a un escenario de por sí complejo se le han sumado una serie de escándalos que muestran la faceta más agresiva de una compañía que se ha abierto paso en cientos de mercados a puro pulso, por decirlo de cierta forma.23707913564_4268f334e8_b.jpg
El episodio más reciente tiene que ver con una historia publicada por el diario The New York Times en la que se expone cómo la compañía utilizó una técnica para identificar teléfonos de Apple, incluso cuando los iPhone han sido restaurados a sus especificaciones de fábrica, con sus datos y memoria borrados.
Este procedimiento viola las condiciones de privacidad establecidas por Apple, pero era utilizado por Uber para detener un …