A partir de 2035, la Unión Europea prohibirá la comercialización de vehículos que contaminen el medio ambiente, lo que ha impulsado a los fabricantes a buscar soluciones más sostenibles. Aunque los motores de hidrógeno y eléctricos han sido el foco principal, una nueva tecnología promete cambiar el juego: un motor que utiliza agua del mar como combustible.