En julio, pocos días después del evento de presentación de Windows 11, supimos que la mítica pantalla azul de la muerte (BSOD) de Windows decía adiós. Pero tendría sucesora, adoptando ahora el negro. Era una forma de actualizar algo que llevaba en el sistema de una forma y otra desde Windows 3.0.
Tras haber sufrido variaciones en 2016, pasando del azul al verde para indicar problemas en las versiones del programa Windows Insider, el cambio rompía una tradición de décadas. Hasta ahora, pues Microsoft ha dado, oficialmente, marcha atrás.
Todo vuelve a la normalidad
En una publicación de Microsoft en referencia a la compilación 22000.346 del canal Beta y Release Preview de Insiders, la compañía ha mencionado lo siguiente.
"Cambiamos el color de la pantalla a azul cuando un dispositivo deja de funcionar o se produce un error de detención como en versiones anteriores de Windows".
Y eso es todo lo que la compañía dice al respecto. Es decir, no sabemos cuando llegará el cambio a la versión estable de Windows 11, que por otra parte no está siendo "tan estable" en el equipo de mi compañera Gabriela, aunque sus problemas no tengan que ver por el momento con pantallas de la muerte.
En Genbeta
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