Las adaptaciones cinematográficas de videojuegos normalmente no tienen la mejor suerte posible. Ya sea que la película es mala o la producción parece que nunca terminara, las experiencias interactivas simplemente no se mezclan con el séptimo arte. Sin embargo, esto no ha detenido a Hollywood de capitalizar el éxito de varias franquicias, como lo es el caso de Gears of War.