Soy un ejemplo algo raro en cuanto a uso de navegadores: en iOS utilizo Safari, pero en macOS no me separo de Google Chrome. Y por puras cuestiones de seguridad me encantaría poder unificar toda mi navegación en Safari, por eso siempre que hay una nueva versión de macOS me animo a darle una nueva oportunidad.
Las mejoras presentadas con macOS Mojave son además muy atractivas: defensa acérrima de nuestra privacidad en detrimento de las compañías publicitarias, bloqueo de los rastreadores ocultos en cajas de comentarios y botones de las redes sociales... con una crisis envolviendo a nuestros datos personales, el cambio a Safari es más atractivo que nunca. Pero aún así, los usuarios más intensivos del navegador pueden tener dudas.
El usuario general ya tiene a Safari como el navegador perfecto
No hay que ser demasiado pesimista aquí: Safari es un navegador que no dejo de recomendar para el usuario general. No ya solamente por su sencillez de uso, si no también por su privacidad y la protección de nuestros datos de navegación que he mencionado antes. De hecho es el aspecto más negativo de Google Chrome: no quiero ni pensar en lo que hace Google con todo el historial de navegación que dejo. Además, Safari es un navegador muy eficiente que ahorra hasta 3 horas de batería en los MacBook y MacBook Pro.
Pero eso cambia para aquellos usuarios que trabajan profesionalmente con el navegador. Ninjas que tienen muchas pestañas abiertas al mismo tiempo, que utilizan combinaciones de …