Para ser más productivos y eficientes hay muchísima información a consultar. Artículos, libros, podcast, cursos, tutoriales... la lista prácticamente parece infinita y llevar un seguimiento puntual es una tarea titánica. Sin embargo, David Allen tiene claro una regla que es atractiva por su simpleza: la regla de los dos minutos.
Planteada en su libro "El arte de hacerlo realidad", la regla forma parte de la metodología "Getting Things Done" de Allen, conocido actor y consultor en productividad.
Esta regla consiste en que todo aquello que se pueda realizar en dos minutos o menos se debe hacer inmediatamente, y todo lo que supere esta duración debería estar anotado, en proceso de trámite o incluso clasificado.
Con esta regla, el autor plantea que se puede ayudar a transformar la percepción de la productividad y la gestión de tiempo, ya que las pequeñas tareas, que se acumulan poco a poco, pueden convertirse en una fuente de estrés. Las tareas diminutas requieren simples acciones, pero el estrés que aportan al día a día es real. No hacerlas se traduce en peso mental que desvía la atención de las cosas importantes.
Tras completar estas pequeñas tareas, Allen apunta a que se libera el espacio mental y la energía que se gastaría recordando y posponiendo las actividades.
Hay un límite en este método
Sin embargo, Allen también acepta que esta regla también tiene un problema: puede provocar que las personas se sobrecarguen …