En noviembre de 2022, el bitcoin registró una caída en picado llevando al precio de la más reconocida criptomoneda por debajo de los 16.000 dólares, asemejando el precio a niveles de finales de 2020. Y lo que resultaba más sorprendente es que esta cifra estaba muy por debajo de su máximo histórico: en noviembre de 2021, un año antes, había llegado a los 68.990 dólares y de ahí arrancó una decadencia que no paró en todo 2022.
Ayer, esta popular criptomoneda llegó a los 20.000 (cabe decir que mientras escribo este artículo, Binance, una de las más reconocidas plataformas, ya nos muestra otra ligera caída a los 19.539 dólares). Aún así, la gráfica que puedes encontrar en la propia web (captura de pantalla de las 8.30 de la manaña, hace falta decirlo ante la enorme volatilidad) muestra que el impulso en las últimas semanas es fuerte:
Estas cifras suponen un incremento de alrededor 20% desde el 1 de enero, y es que incluso ha llegado a alcanzar los 21.000 de forma momentánea. Lo curioso es que hay una gran confusión en el sector del por qué de estas cifras.
Otras monedas también crecen
El repunte de bitcoin ha resultado positivo para otras monedas del sector cripto. Ethereum llegó a subir cerca de un 10% registrando su precio máximo en las últimas 10 semanas.
Por su parte Solana, que vivió un 2022 de caídas afectada no solo por la mala …