La anterior década, la del comienzo del milenio, se había partido en dos con la llegada de un dispositivo electrónico que ha cambiado para siempre la manera de relacionarse entre el ser humano y las máquinas, el teléfono móvil inteligente. Con el debate siempre recurrente de cuál fue el pionero, lo cierto es que la aparición en 2007 del primer iPhone marcó un punto de inflexión. Su pantalla multicapacitiva, su diseño y experiencia de usuario revolucionó la industria y, de paso, la sociedad. Lo que vendría después ya es historia pero ha mamado directamente de esta fuente de innovación. Ha sido la década de la disrupción.
La era de las tabletas
La primera ventana hacia el horizonte de la tecnología de la última década se abrió de par en par con Steve Jobs, fundador de Apple, todavía vivito y coleando. En 2010 se presentó el iPad, una suerte de teléfono grande o portátil táctil sin teclado que instauró una nueva categoría tecnológica, las tabletas. Un formato que nació con unas 9 o 10 pulgadas de tamaño de pantalla y que estaba muy orientado a un entorno lúdico. Compañero de fatigas del «smartphone», enemigo de los ordenadores, han transcurrido nueve temporadas y todavía no ha encontrado su sitio en el ecosistema digital. Tanto es así que lleva nueve trimestres cayendo en ventas, pero una de sus razones más fuertes es su h Aunque cumple una función y su existencia ha sido capital para movernos hacia la invasión de las pantallas táctiles. Y, …