¿Recuerdas cuando encender la televisión era una experiencia sencilla y privada? Elegías un canal, veías tu programa, y eso era todo. Salvo que fueses de los pocos que tenía instalado un audímetro o pusieras el volumen muy alto, nadie se enteraba. Sin rastreos, sin anuncios personalizados, sin manipulación emocional. Pues bien, despídete de esa experiencia. …