Los wearables se van haciendo un hueco en el mercado conforme pasa el tiempo, aunque falta llegar a ese punto de inflexión que los haga crecer.
Relojes inteligentes, pulseras para medir la actividad deportiva, cámaras acopladas al cuerpo, auriculares bluetooth… Todos ellos forman parte de un mismo grupo: el de los wearables. El de los accesorios tecnológicos que están pensados para llevar encima y, como norma general, que sirven para complementar de alguna manera a otro dispositivo, especialmente al smartphone.
En un momento en el que los teléfonos móviles cuentan con un protagonismo absoluto, es natural que los wearables hayan ido acaparando también parte del foco de atención. Conforme se van mejorando las tecnologías y aumenta la calidad, esta relevancia también crece. Concretamente, se espera que las ventas lo hagan un 16,7 por ciento en este 2017 respecto al año pasado, según un estudio de Gartner. Se pasaría así de 266 millones de unidades de wearables comercializadas a 310 millones, llevando otros cuatro años más -hasta 2021- superar el medio millón de unidades.En 2016 se vendieron 266 millones de wearables y 1.500 millones de smartphones
Naturalmente, estas cifras son irrisorias cuando se comparan con las ventas globales de smartphones, que rondan los 1.500 millones de unidades. Una de las razones no es otra que, mientras sigan siendo meros accesorios, serán prescindibles para una buena de la población, que los verá como algo innecesario. Otra, que aún es una tecnología reciente a la que le queda mucho por perfeccionar hasta convertirse en …