Una gran cámara. Esa ha sido uno de los grandes remolcadores de la industria móvil durante más de una década, de forma cada vez más literal. La obsesión por el mejor resultado fotográfico ha empujado a los fabricantes a multiplicar de forma insistente uno de los pocos apartados medibles, los megapixels. Al menos, hay un efecto colateral y amigo: sensores más grandes y con capacidad de captar la señal de forma más eficaz.
Lo vimos con el sensor de 48 MP de Sony, presentado a mediados de 2018. Ni año y medio más tarde, ya hemos dado el salto a nuevos sensores de 64, e incluso de 108 MP, que ya vemos en algunos dispositivos de Xiaomi. Si
Y no parece que vaya a terminar ahí, ya que Samsung ya tiene a nivel interno referencias a dispositivos de hasta 144 MP. Por si esto fuera poco, el reciente Snapdragon 865 –el chipset para la gama alta de 2020– incluye soporte a sensores de hasta 200 megapíxels. Y muy probablemente sigamos acercándonos a ellos durante el próximo año, porque por qué no.Pixel Binning: marketing y física
Desde que Sony presentara su IMX586, lo hemos visto aterrizar en multitud de dispositivos de todo rango de precio, colocando decenas de millones desde los más básicos y económicos a otros que no lo son tanto. Con la llegada de este sensor, de media pulgada de tamaño, aterrizaba también una nueva forma de combinar la luz captada.
Era el Pixel Binning, que combinaba la información de cuatro pixels …