Google quiere seguir creciendo en hardware móvil, y la compra de HTC puede darle el empuje que necesita para conseguir terminales con verdadero valor añadido gracias a la integración vertical de la que otros carecen.
No corren buenos tiempos para HTC. La mala situación de la compañía taiwanesa es un hecho, tras los fracasos comerciales de todos los flagships que han sucedido al HTC One, lanzado allá por 2013. Inmersa en un círculo vicioso, la compañía dio un paso adelante apostando junto a Valve por la realidad virtual, una de las tendencias de los años venideros. Sin que ello haya resultado como esperaban, HTC ha seguido haciendo algunos de los mejores smartphones, como el HTC U11 o el Google Pixel, pero también ha sido en balde. Un contexto tan negativo ha hecho que, por una parte, HTC analice distintas opciones, como la posibilidad de dividir la compañía en dos partes, siendo una la dedicada a realidad virtual y la segunda la clásica, la dedicada a smartphones. Según informaba Bloomberg, la adquisición de empresa al completa no tiene mucho interés para un único comprador, mientras que un actor tan importante como Google sí estaría muy interesado en adquirir la división móvil, y es que la compañía vale ahora un quinto de lo que valía hace cinco años. Tras unas semanas, parece que el proceso está en su fase final, y Google está más cerca que nunca de adquirir a la compañía que el pasado año le fabricó los Google Pixel y en …