Uno de los grandes cambios que dejó la pandemia fue la popularización del trabajo remoto. Años después, su impacto sigue siendo evidente, con un mercado laboral que ha establecido una postura clara: la flexibilidad ya no es negociable.
Cada vez más empresas obligan a sus empleados a regresar a las oficinas cinco días a la semana. Sin embargo, se enfrentan a una barrera importante: llenar esas vacantes se ha vuelto cada vez más difícil, especialmente entre los trabajadores que ya adoptaron nuevas dinámicas tras el confinamiento.
De acuerdo con un informe de Revelio Labs, los departamentos de Recursos Humanos ahora tardan el doble de tiempo en cubrir vacantes que requieren presencialidad total, en comparación con aquellas que ofrecen alguna opción de trabajo flexible. Esta demanda no solo proviene de la Generación Z, sino también de muchas personas que experimentaron una mejora significativa en su calidad de vida gracias al home office.
El reporte detalla que las empresas con esquemas flexibles registran una tasa de crecimiento del 0.6%, mientras que aquellas con modalidad 100% presencial tienen solo un 0.3%. Aunque la diferencia parezca mínima, se traduce en millones de dólares perdidos en contratación y productividad.
Los problemas de la falta de flexibilidad
Un estudio conjunto de las universidades de Pittsburgh, Baylor y Hong Kong reveló que varias compañías del índice S&P 500 están enfrentándose una fuga masiva de talento. Los perfiles mejor calificados han comenzado a abandonar empresas que imponen el regreso completo …