Los hombres siguen siendo mayoría en la ciencia. Así lo demuestran los últimos datos de la UNESCO sobre la inversión de los distintos países en investigación y ciencia. Es una situación que afecta a todos los Estados del mundo, sea cual sea el porcentaje del PIB que dedican a este sector y el número de investigadores por millón de habitantes que tengan.
El desglose por sexos lo deja bien claro: incluso los países que más invierten en este sector tienen menos mujeres científicas. "La razón es el sexismo. La cultura de las instituciones académicas no está basada en la excelencia sino en el nepotismo”, dice a DW la socióloga experta en feminismo Capitolina Díaz. "Los amigos apoyan a los amigos y los hombres prefieren a otros hombres”, continúa.
Dos investigadoras suecas, Christine Venneras y Agnes Wold, demostraron esta afirmación en un artículo titulado Nepotism and sexism in peer-review, en el que revisaron los datos del centro público que subvenciona la investigación en Suecia. Sus conclusiones fueron claras: para que las mujeres alcanzaran la misma posición que un hombre, necesitaban por promedio más de dos puntos en su currículum que los hombres.
El efecto tijera
"Esa situación refleja el machismo estructural de la vida académica”, asegura Díaz. "Además, la intensidad del trabajo en las universidades dificulta la presencia de las mujeres en los niveles superiores de investigación si tienen hijos. La vida científica está organizada alrededor de la idea del hombre al que le resuelven la vida doméstica”, sentencia. El estudio Equal opportunities in the …