Hace dos meses, un informe publicado por LinkedIn planteaba la posibilidad de que el auge del trabajo a distancia hubiera tocado techo (al menos, en los Estados Unidos y el Reino Unido): los datos evidenciaban que las ofertas para este tipo de puestos habían descendido del 19,8% en marzo al 15,9% en agosto.
Al mes siguiente, dos grandes compañías tecnológicas parecían protagonizar el repliegue de esa tendencia. Primero, Twitter suprimía por completo el teletrabajo pocos días después del desembarco de Elon Musk como CEO (quien ya había tomado la misma medida en Tesla), y a continuación Snap (desarrolladores de Snapchat) anunciaban que limitarían esta modalidad laboral a sólo dos días a la semana a partir de febrero de 2023.
Sin embargo, aunque estemos presenciando un cambio de tendencia, algunas tecnológicas han empezado a nadar contra corriente, reforzando en estos meses, aún más si cabe, su apuesta por el teletrabajo.
Chesky no sigue el ejemplo de Musk
Así, en abril de este año, el CEO de Airbnb, Brian Chesky, envió un e-mail a sus empleados explicando que ahora Airbnb era oficialmente una empresa donde los empleados pueden vivir y trabajar desde cualquier sitio, sin penalizaciones salariales. Él mismo ha estado desplazándose a lo largo y ancho de los EE.UU., viviendo en ubicaciones disponibles en su propia plataforma.
En Genbeta
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