La historia de Oskar Schindler, que salvó a 1.200 judíos del Holocausto, es bien conocida por todos. Pero no fue el único. Conozcamos a los demás.
Uno de los mayores genocidios que se recuerdan en la historia es, por supuesto, el llevado a cabo contra los judíos en el siglo XX por los nazis tras su ascenso al poder en Alemania, y por no pocos de sus simpatizantes en los países que ocuparon durante la Segunda Guerra Mundial: el Holocausto, con mayúsculas. Pero también podemos encontrar a personas decentes entre el horror que se arriesgaron para salvar de la muerte a cuantos judíos pudieron. A una de estas personas la inmortalizó el cineasta Steven Spielberg en La lista de Schindler (Schindler’s List, 1993), basada en el libro del australiano Thomas Keneally, Schindler’s Ark (1982). Sin embargo, Oskar Schindler no fue el único, y tanto de él como de muchos otros quiero hablaros en estas líneas.
Lo que hizo Schindler
Nacido en una familia de alemanes sudetes en Svitavy, que hoy forma parte de la República Checa, fue miembro del partido nazi y de la Abwehr, su servicio de inteligencia, y el empresario que arrendó una fábrica de esmaltados de Cracovia en 1939 por el consejo del contable judío Itzhak Stern, a la que se conoció desde entonces como Emalia y para la que empleó a otros centenares de judíos porque le resultaba más económico, dado que su sueldo había sido fijado por los nazis tras ocupar Polonia. Acabó defendiéndolos a capa y espada, …