Desde el inicio de la pandemia, ha habido un tipo de contenido online que se ha convertido en un éxito viral entre los jóvenes japoneses: las 'películas rápidas', montajes condensados (de aproximadamente 10 minutos) de películas comerciales que diversos creadores (¿remezcladores?) de contenidos subían a YouTube, consiguiendo millones de visualizaciones.
Al menos hasta que las principales productoras de cine de Japón —la mayor parte de las películas 'resumidas' eran cine nacional— demandaron a tres de estos youtubers, logrando que fueran condenados en un juicio penal el año pasado por vulnerar derechos de autor.
Sin embargo, las productoras no han considerado esto suficiente, y ahora trece de ellas se han unido para demandar también por lo civil a los mismos youtubers, en este caso con el objetivo de obtener una significativa compensación financiera por daños y prejuicios.
Entre las productoras demandantes se encuentran las populares Toho, Toei Company y Shochiku, responsables de grandes éxitos recientes como 'ShinGodzilla' o 'I Am A Hero'
Se busca sentar un precedente
Los abogados de las compañías argumentan que estos vídeos logran que "la audiencia no vuelva a ver a las obras originales" (pues ya conoce el argumento), al tiempo que generan ingresos publicitarios millonarios para los youtubers, unos ingresos que en ningún caso repercuten en favor de los titulares del copyright.
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