En su participación del lunes en el Congreso de Móviles, el director del Banco Mundial, Jim Yong Kim, advirtió de que «en 2025 toda la gente podrá acceder a un teléfono inteligente, debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para que la población pueda entrar en las aspiraciones que estar conectados les traerá. No hacerlo traerá frustraciones, extremismo, conflicto, violencia y, eventualmente, migración». El Mobile World Congress (MWC) lleva un par de años intentando que las mujeres se conecten a la revolución y a los avances digitales que en él se ofrecen, pero falla en introducirlas en esas aspiraciones que les ha mostrado.
En 2016, la existencia de una sala de lactancia (Lactation Room) en el MWC y la prohibición de la entrada de dos bebés en edad lactante a la Fira causó furor en Twitter. Un blog especializado la denominó «la sala de lactancia más inútil del mundo». Dos años después, se llama «Habitación Zen para Madres» (Mother’s Zen Room), para evitar confusión, pues no es precisamente una sala para amamantar a un bebé (está prohibida la entrada a menores de 16 años al recinto), sino para que las mujeres lactantes se saquen la leche y puedan permanecer en el congreso. «En esta edición han venido dos mujeres a hacer uso de la habitación, las mismas, cada día, un par de veces», explicó a este diario la azafata encargada del «zen room».
El año en el que salió a la luz la prohibición de bebés lactantes en …