La divulgación de la ciencia y las redes sociales no son la mejor combinación en el mundo, sobre todo con lo que ha ocurrido a dos años de una pandemia y una crisis severa de desinformación en el mundo.
Al respecto, una reciente publicación en la edición de la revista Science argumenta cómo es que este tipo de plataformas digitales, en su forma actual, están fundamentalmente en “desacuerdo” con las reglas del discurso científico, la evaluación objetiva y transparente de la información.
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El texto firmado por Dominique Brossard y Dietram Scheufele de la Universidad de Wisconsin-Madison advierte que, pese a un intento por adaptarse a los retos de la comunicación en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, ciertamente es esto es opacado por el cúmulo de contenidos divulgados en plataformas como TikTok, YouTube, Twitter, Instagram o Facebook.
“Las reglas del discurso científico y la evaluación sistemática, objetiva y transparente de la evidencia están fundamentalmente en desacuerdo con las realidades de los debates en la mayoría de los espacios en línea”, apuntan.
Al mismo tiempo hacen énfasis en la naturaleza de las plataformas puesto que, los algoritmos suelen ponderar las polémicas. “(…) Si las plataformas de redes sociales que están diseñadas para monetizar la indignación y el desacuerdo entre los usuarios son el canal más productivo para convencer a los públicos escépticos de que la ciencia establecida”, señalan y citan como referencia dos temas coyunturales como el cambio climático y …