Ayer volvió a ser uno de esos días fatídicos para Mark Zuckerberg ante el Congreso de su país y el de Facebook, Estados Unidos. A diferencia de las anteriores veces que el CEO había comparecido ante las cámaras, esta vez las preguntas no irían tanto en el sentido de hablar de elecciones y de cómo podría haber en ellas la brecha de Cambridge Analytica, sino sobre el caso de la criptomoneda Libra.
Libra ha sufrido recientemente grandes varapalos, como la salida de la Asociación Libra de actores tan importantes como Visa, Mastercard, eBay, PayPal y Stripe, que se han sumado a la pausa que el proceso sufrió hace unos meses por las peticiones de legisladores estadounidenses. Pedían a Facebook tiempo para analizar las características de Libra y prever posibles peligros para la economía estadounidense y mundial.
Ayer, a la vez que defendía lo que Libra podría suponer para el futuro de los pagos y el sistema financiero, Zuckerberg dijo "entiendo que no soy el mensajero ideal ahora mismo" y "esto seguro de que la gente desearía que fuera cualquiera menos Facebook quien saque esta idea adelante". Al final, Zuckerberg reconoció que "antes de seguir adelante hay riesgos importantes que solucionar" y retrasará el lanzamiento de Libra hasta el momento en que "esté completamente alineada con las exigencias regulatorias de las autoridades estadounidenses".
De cara al Facebook que todos utilizamos, sin embargo, lo más interesante fueron las preguntas de la congresistas demócratas Maxine Waters y Alexandria Ocasio-Cortez, enfocadas a conocer los …